"Si hay orientación lacaniana, es porque no hay ningún dogma lacaniano, tampoco "el inconciente estructurado como un lenguaje", ninguna tésis ne varietus que daría lugar a abecedario, brevario, compendium, dogmático. Hay solamente una conversación continuada con los textos fundadores del acontecimiento Freud, un Midraj perpetuo que confronta incesantemente la experiencia con la trama significante que la estructura". J.A.Miller

domingo, 26 de enero de 2014

Comentario a "Todo el mundo es loco II".

Comentario a "Todo el mundo es loco II". Texto publicado en la Revista "Lacaniana" nº 11, extraído de la OL III, 10 de Jacques Alain Miller.


El texto de referencia es de J. Lacan  en su intervención en Vincennes el 22 de octubre de 1978. En ese texto destacaría la capacidad de síntesis de Lacan: Por un lado marca la diferencia del discurso analítico respecto a los otros tres, su “ excepcionalidad” consiste en no creer en la verdad , inmutable y universal, y excluir la dominación en tanto es la verdad del amo. Por el otro define los límites del psicoanálisis en su confrontación con lo imposible en una pregunta ¿Cómo hacer para enseñar lo que no se enseña? 

De la mano de Freud sueño y delirio marcan un camino: “ todo el mundo es loco, es decir, delirante”. Destacaría que vuelve a Freud para orientar el discurso analítico en la vía de lo real como imposible y que lo hace hasta esa fecha última de su enseñanza. Leyendo estos primeros párrafos lo asocié  a las últimas anotaciones de Freud en 1938. En una de ellas escribe sobre “la conservación del carácter de los procesos primarios” y en otra nota sobre el objeto y “las rectificaciones” que Lacan retoma desde la matemática y la teoría de conjuntos.


Miller en esta lección II, desarrollará lo que apunta Lacan sobre la enseñanza en este segundo párrafo de su intervención en Vincennes: La paradoja que lo imposible por la contingencia cese de no escribirse. “ Lo que de todos modos(...) sería un éxito frágil y revisable. Algo del orden de las verdades. Y es así como Lacan trató toda su enseñanza: como un tejido de varidad” ( pag 31)


Para Miller el retorno a Freud al que Lacan hace referencia, es distinto del valor teórico y universal de su enseñanza a través del matema. Él como Freud se quedó “ a merced de lo imposible, en el esfuerzo de tratar a lo imposible por lo contingente- si se puede decir tal cosa”. Es interesante que en el párrafo siguiente, en la pag 32, Miller hace referencia a lo que ha intentado ese año de “ renunciar a la sistematicidad”, a “intentar desbaratar lo imposible de decir, de enseñar, buscando en cada ocasión reforzar la apuesta con un giro inédito...” Es el término “ desbaratar” las defensas que aquí está en relación a lo imposible.
El  Ya- Nadie.


¿De dónde o desde dónde se profiere esa frase de Lacan? Miller comenta el neologismo “nulibiedad” que Lacan crea en el escrito sobre la carta robada ( pag. 17) y referido a los estudios de semilogía del obispo Wilkins.  En un apartado Lacan hace referencia al comentario de Borges en su ensayo “ El idioma analítico de John Wilkins”.
 
Ese lugar del Ya-Nadie es el lugar del Sujeto tachado en su relación “natal” con el goce. Antes que se introduzca y desarrolle el efecto del significante y sus laberintos a través de los cuales lleva a olvidar “ que ahí donde se sufre, se goza”.


Esa enseñanza de Lacan se profiere, se vocifera y “para vociferar hace falta un cuerpo”. De ahí que “la vociferación añade a la palabra el valor, la dimensión, el peso de la voz”.
Miller se plantea ¿Cómo escuchar a Lacan? Hay una vociferación como dicha del lugar de Ya-Nadie que orienta la escucha analítica y la práctica desde la inhumanidad. Este término de inhumanidad se puede leer en Lacan al referirse a la verdad en “La cosa freudiana...”. Finaliza su escrito así: “Pues la verdad se muestra allí compleja por esencia, humilde en sus oficios y extraña a la realidad, insumisa a la elección del sexo, pariente de la muerte y, a fin de cuentas, más bien inhumana, Diana tal vez...”


Más allá de la clínica de la interpretación “se trata de escuchar, en lo que se enuncia de la boca del paciente, escuchar lo que se vocifera del lugar del Ya-Nadie”. Ya que no se trata solo de interpretar vía significante sino “señalar y verificar que el sujeto esta ligado al goce, que está inscripto en el goce, que se desprende del goce y de las diversas maldiciones que lo afectan y que fabrica los medios para sustentar ese goce”.


De ahí que en la pag 30, haga referencia a la preparación de los psicoanalistas por la experiencia y no por la enseñanza a través del universal del matema. En la experiencia “el saber está por venir y jamás valdrá para más de uno”. 


Destacaría también lo que Miller plantea de la contingencia si es tomada o no en el régimen de la repetición (pag 33). Recoge aquí lo que ha desarrollado en relación a la frase de Lacan “el sujeto es feliz” que conlleva la supeditación del principio de realidad al p. de placer y lo correlaciona con “el sujeto sueña”: No es el sueño de todo el mundo sino el sueño de todo el tiempo- dice Miller- “Y se podría decir del análisis- si es que existe uno, como decía Lacan- que sueña un poco menos; es decir, que no toma toda contingencia en el régimen de la repetición”. Si la repetición es lo que no deja de escribirse y lo imposible es lo que no deja de no escribirse, la contingencia, cuando se produce, se escribe para ser atrapada por la repetición para el p. de placer o puede haber alguna oportunidad de que el análisis, a veces, permita a la contingencia quedar suelta, desenganchada de la repetición e inscribirse-encarnarse al cuerpo.

Finalizará por la referencia al escrito “La cosa freudiana...” sobre la verdad en relación al goce: “Esta verdad es el redondel quemado en la maleza del goce” que “la verdad es una transformación del goce, y que goce, verdad y locura son una terna de nombres que debemos ubicar en el lugar de Ya-Nadie”.




Margarita Bolinches

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