"Si hay orientación lacaniana, es porque no hay ningún dogma lacaniano, tampoco "el inconciente estructurado como un lenguaje", ninguna tésis ne varietus que daría lugar a abecedario, brevario, compendium, dogmático. Hay solamente una conversación continuada con los textos fundadores del acontecimiento Freud, un Midraj perpetuo que confronta incesantemente la experiencia con la trama significante que la estructura". J.A.Miller

miércoles, 25 de febrero de 2015

Resumen clase 12 OL-13 L'ouvre de Lacan

CURSO DE ORIENTACIÓN LACANIANA:  EL SER Y EL UNO

SESIÓN XII


Lo Real ¿ es contingente?: Me parece una pregunta certera porque apunta al tiempo concebido fuera de lo simbólico y lo imaginario. Por un lado es lo que irrumpe fuera de los parámetros del hablante ser, fuera de todo sentido y justificación y en retroacción es real si el cuerpohablante hace acuse de recibo de lo que irrumpe y hace agujero.
El cuerpohablante se hace por una contingencia, se le llame o no trauma. Si tomamos la contingencia como un real sin ley, se trataría de pensarlo no a partir de una causa/efecto sino, como dice JAM en la Conferencia de orientación para el pasado Congreso, en París, como “ una ruptura entre la causa y el efecto”.

Esta cuestión tiene su enjundia que no toca ahora seguir desarrollándola en un monólogo. Y desearía que la comentáramos cuando pueda estar con vosotros otro día.

Paso ahora a destacar lo que me parece más interesante de la sesión.

Recoge elementos anteriores en la enseñanza de Lacan con los de su última etapa.
Toma la falta en ser y la pone en relación, filiación y, por lo tanto, en diferencia con el agujero. De la Ontología, Lacan transita hasta agujerear lo Simbólico. Define el Simbólico como agujereado. Los redondeles de cuerda son materialidad que bordean un agujero. Ahí podríamos tener un ejemplo de esa ruptura de la causa y el efecto ¿ Se podría decir que es el agujero el que crea la materialidad de un simple hilo de cuerda, de un cuerpo?
En relación al deseo y su interpretación y lo que se enseña en el control, apunta al silencio del sentido y a la potencia de la palabra, dice, que pueda ser creacionista. Trae la cita de Lacan en los Otros Escritos: “ Basta que se preste atención para que se salga del inconsciente”

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Pero en cuanto al goce, desistan- dice- de toda intención creacionista. No se trataría de interpretar sino de cernir y constatar.

Hace todo un recorrido en Lacan y lo que toma de Freud, en un principio desde la ontología pero en su vertiente lacaniana y se ve cómo Lacan va vaciando este ser, mediante la equivalencia del ser del sujeto y el inconsciente, como un ser de palabra que busca la satisfacción del deseo en el reconocimiento, por otro lado imposible, puesto que ninguna demanda va a poder satisfacelo. De tal forma que recoge la expresión, “ el nudo de nuestro ser” del proceso primario de Freud, para orientarlo hacia una falta en ser y por ello un deseo de ser. Estamos, como indica Miller en una ontología semántica. Pero además ya va marcando la distancia entre lo real y el sentido, como dos órdenes que no se comunican.

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En ese recorrido inicial y en relación a la interpretación del analista, se trata de dar un sentido distinto al del analizante porque tiene como finalidad “ hacer ser lo que no estaba, pero del que podéis desprender lo que podría ser y que el sujeto, entre comillas, no admitía”. Se trataría de un hacer ser que pasa por la acción de la palabra. El hilo conductor es la doctrina del inconsciente en tanto que fenómeno de sentido. Se trataría en las sesiones de hacer ser, a partir de la suposición de la falta en ser. El deseo entonces, toma el sentido de un deseo de ser, de un deseo ontológico. El reconocimiento, al ser ratificado por el otro de la palabra, vendría a darle una consistencia de ser.

Es interesante que aparece, en Lacan,  la emergenciadel concepto de satisfacción. Aunque en aquellos momentos dicha satisfacción venía del reconocimiento, es interesante ese concepto que Lacan no solo no abandonó, sino que llega hasta su última enseñanza apuntando a la satisfacción del síntoma.

Sin embargo Lacan irá más allá del reconocimiento al distinguir deseo y demanda. La satisfacción de las demandas nunca satisfará al deseo.

Por lo que se producirá un desplazamiento del reconocimiento del deseo a su causa. El deseo no será la última razón del ser sino un efecto del significante y , en tanto tal, efecto metonímico entre significantes.

Pasar del reconocimiento a la causa hace que Lacan desplace también el punto de aplicación de la práctica analítica del deseo al goce.

JAM plantea dos tipos de interpretación: la interpretación de un sueño, que se dirige al reconocimiento de un efecto de deseo. Y la interpretación que apunta a la causa del deseo como una defensa contra lo que existe que es el goce.

De ahí se bifurcan las dos orientaciones: el deseo viene del Otro y el goce está del lado de la Cosa. Esta vertiente de la Cosa, donde se inscribe el goce, es el síntoma en tanto resto de un análisis y del pase. Resto producido por el desanudamiento de sentido que hace emerger la castración en tanto falta en ser. En esa base aún ontológica el objeto “ a” vendrá a funcionar como un obturador de la falta en ser.

¿Cuándo Lacan franquea los límites de esa ontología? Cuando invoca la posición de existencia, Hay de lo Uno, lo que permanece una vez se ha barrado al Otro.
El goce aparece en primer plano, goce del cuerpo propio que en tanto tal es primario y permanente. 

Hay, pues, oposición entre ontología y goce, entre ser- falta en ser y existencia.
En su última enseñanza, Lacan dirá que el psicoanálisis contradice al fantasma que consiste en hacer pasar el ser ante el “ avoir” ( haber-tener un cuerpo).

El cuerpo ya no será un cuerpo significantizado por el lenguaje. El cuerpo a partir del Hay de lo Uno aparece como el Otro del significante, en tanto marcado por él
 hace acontecimiento de cuerpo que es el goce, verdadera causa de la realidad psíquica.
Es sobre la causalidad psíquica que JAM se plantea dejar en suspenso la definición del deseo del analista. Se podría retomar aquí, en relación al último párrafo de esta sesión que apunta a otra función que no es la del deseo del analista, a lo que plantea al inicio y que he tomado de otro texto sobre la ruptura causa/ efecto.
Pero lo dejaremos para comentar porque es muy complejo…
Margarita Bolinches